¿Has aumentado de peso de forma constante desde que nacieron tus hijos, en la perimenopausia o la menopausia?
¿Tienes un alto nivel de estrés o un bajo nivel de estrés crónico?
¿Tu índice de masa corporal es de 25 o más?
¿Te sientes cansada durante el día, a pesar de haber descansado adecuadamente?
¿Sientes que algo te impide perder peso, no importa lo que intentes?
¿Tienes antojos de comida, especialmente dulces, chocolate, queso o pan?
¿Tienes grasa de más en el abdomen?
Si has respondido afirmativamente a 4 o más preguntas, probablemente tengas un desequilibrio hormonal que afecta tu peso y a tu metabolismo. Si este es tu caso, no te asustes. Este plan te puede ayudar a entrar en el camino correcto para balancear tus hormonas y corregir el daño metabólico.
Las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasa han adquirido mucha popularidad en los últimos años, siendo la dieta cetogénica la más popular de todas desde hace una década. La mayoría de la gente piensa que una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas lleva a la pérdida de peso simplemente porque comer menos carbohidratos reduce los niveles de insulina y quema grasa. Sin embargo, la dieta keto clásica no funciona para todas las mujeres. Si privas a tu cuerpo de carbohidratos a largo plazo, puedes perder peso, pero desafortunadamente esto puede causar problemas secundarios, incluyendo la alteración de los niveles hormonales como la tiroides. Además las mujeres también tienen otras desventajas hormonales que afectan el éxito de cualquier dieta.
Durante los últimos años, he desarrollado y probado infinidad de dietas hasta llegar a esta versión modificada de la dieta cetogénica clásica, la cual toma en cuenta las diferencias individuales y fisiología de las mujeres.
La dieta cetogénica puede aumentar los niveles de testosterona en los hombres, por lo que obtienen una doble ventaja de testosterona que les ayuda a quemar más grasa y construir más músculo para bajar de peso y verse mejor más rápido.
Mientras que los hombres tienen esa ventaja, las mujeres tienen menos testosterona y más estrógeno, lo que las pone en desventaja, esto lleva a resultados más lentos y menos pérdida de peso. También hay otras hormonas metabólicas que obstaculizan la pérdida de peso.
La hormona tiroidea, que controla cómo quemamos calorías y evita que nuestro metabolismo se vuelva demasiado lento, suele desestabilizarse a medida que envejecemos. El aumento de peso es el resultado de una tiroides poco activa, así como de debilidad y fatiga.
Además, el cortisol aumenta con la edad, a partir de los 50 años. El cortisol es nuestra hormona del estrés. El cortisol elevado puede desencadenar problemas de azúcar en la sangre y almacenamiento de grasa abdominal.
El aumento de la grasa abdominal no es sólo una cuestión de vanidad. Tiene consecuencias preocupantes para la salud en general. Las células grasas que se acumulan en el abdomen están relacionadas con la resistencia a la insulina.
La insulina es la hormona que más influye en el metabolismo y en nuestra respuesta a la comida. Si no somos capaces de controlar nuestra ingesta de azúcares refinados, con el tiempo, los niveles de glucosa aumentan en nuestra sangre y se produce una situación llamada resistencia a la insulina y acumulación de grasa. Este es uno de los mayores factores de dificultad para perder peso.
La resistencia a la insulina, conduce a mayor aumento de peso, especialmente alrededor de la cintura. La resistencia a la insulina también nos pone en riesgo de padecer prediabetes, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, incluido también los derrames cerebrales.
Además de la insulina, el cortisol, la tiroides y el estrógeno, hay otras hormonas que influyen en el metabolismo. Los reguladores clave del metabolismo y la homeostasis energética incluyen la leptina, la grelina, así como la testosterona y la hormona del crecimiento. Estas hormonas no suelen ser un enfoque común en las discusiones que se centran en las mujeres y la pérdida de peso, sin embargo, juegan un papel muy importante en la corrección de la resistencia a perder peso.
Lo bueno de las dietas bajas en carbohidratos con respecto a las hormonas es que es una de las estrategias más eficientes para reparar la insulina, la principal hormona implicada en el aumento de peso. El problema es que la dieta keto tiene el potencial de afectar negativamente a otras hormonas, incluyendo el cortisol, la tiroides y el estrógeno.
Las mujeres tienden a tener más problemas en una dieta keto con las hormonas del estrés, produciendo demasiado cortisol, y la función de la tiroides por lo que pueden desarrollar irregularidades menstruales. El estrógeno puede desequilibrarse en las mujeres que comen lo que a menudo se llama una dieta " keto lazy " que no incluye suficiente fibra y vegetales para alimentar a los microbios buenos en el intestino. El equilibrio saludable de estrógeno se basa en la salud intestinal óptima y los niveles de estrógeno también pueden ser interrumpidos en las personas que comen niveles más altos de productos de origen animal, como la carne y el queso, mientras que limitan los vegetales.
La dieta de cetonas también puede afectar a la glándula tiroides. Algunas personas desarrollan problemas de tiroides, como niveles más bajos de triyodotironina (T3) o tiroxina (T4), que son indicativos pero no diagnósticos de hipotiroidismo. Muchas mujeres perciben el cambio en forma de síntomas: estreñimiento, manos y pies fríos y caída del cabello.
Una dieta baja en carbohidratos también puede afectar negativamente al sueño de la mujer. Dormir bien es crucial para la salud. Si no se toma en cuenta, un sueño deficiente puede provocar daños hormonales. Casi todas las hormonas se liberan en respuesta a nuestro ritmo circadiano, nuestro ciclo de sueño y desvelo. Cuando el sueño se interrumpe debido a la dieta o a otro factor, otras hormonas pueden verse alteradas.
Este plan ofrece una dieta baja en carbohidratos bien formulada, diseñado tomando en cuenta los problemas y las hormonas de las mujeres. Cada uno de nuestros platillos contienen elementos que mantendrán tus hormonas en equilibrio, incluyendo componentes de desintoxicación, un recuento modificado de carbohidratos, más vegetales y fibra. Los ingredientes de este menú se centran en la función intestinal saludable, la mejora de las hormonas y la pérdida significativa de grasa.
Cristina
17 Septiembre, 2022